La casa apareció justo cuando Daniel y Pía iban a perder las esperanzas, durante su viaje de mochileros a través de un inclemente desierto sudamericano. Una vieja guía de viajes les había llevado hasta allí, pero cuando llegan, los extraños habitantes del lugar se muestran reacios a dejarles pasar. "La fonda lleva cerrada muchos años" les dicen. Un misterioso círculo de piedras, ventanas cerradas y una sola regla: "No salir por la noche" Noches que se inundan de antiguas pesadillas que parecían olvidadas y sonidos y sombras en el exterior. Daniel y Pía descubrirán muy pronto que jamás debieron cruzar el desierto durante la noche de almas"
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