Reconocido por su exitosa andanza en los accidentados territorios del Arte, Rafael Doctor irrumpe en el panorama de la ficción española para ofrecernos la añoranza constante del que se sabe "ausencia"; y para compartir entre hilvanes, el tejido zurcido de un corazón roto. Partiendo de unos versos reordenados de Claudio Rodríguez, Masticar los tallos de las flores regaladas...o sólo se pierde lo que se ama se proyecta en un escenario donde vivir se resuelve tropezando en medio de las frases "tal vez" y "nunca jamás". Esta novela, sin actitudes heroicas ni situaciones ejemplares, reclama simplemente los pequeños sucesos de la sensibilidad individual, que se subscriben en aventuras y sueños sin regreso, con ironía y con indiferencia, entre la música y la espontaneidad de la amistad, siempre a la búsqueda de lo sublime, de la belleza imposible. Aquí, todos los paraísos están hechos para perderse y el tiempo es el agente arrebatador. Los detalles más insignifi cantes iluminan su función y la alegría o el dolor de la separación o del olvido nada alivian a quienes pierden o a quienes creen ganar algo en esta trama de amor. Doctor reúne todos fragmentos que potencialmente le acerquen a la palabra huidiza, inatrapable, del amor, ese absoluto resuelto en lo imposible contra la muerte.
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