martes, 10 de mayo de 2011

El Coleccionista de Momentos - Quint Buchholz


El coleccionista de momentos de Quint Buchholz es una curiosa mezcla de cuento e ilustración que no sigue la estructura habitual de los álbumes ilustrados. En este caso las ilustraciones ocupan casi en exclusiva las páginas centrales del volumen y en cambio el texto, en vez de estar intercalado entre las ilustraciones, ocupa las primeras y últimas páginas del volumen. Esta curiosa ubicación de texto y dibujo se debe a que las ilustraciones no se utilizan como un complemento a lo narrado, sino que muestran, como si de una exposición se tratara, la obra pictórica de Max, un pintor que vive en una casa situada en una isla. En el piso de abajo de esa misma casa, vive un niño, el verdadero protagonista de la historia.

La especial relación que se establece entre el misterioso pintor y el chico del primer piso, el “profesor” como le llama cariñosamente Max, es la base de esta historia. Nuestro niño protagonista pasa las horas en el estudio de Max, un lugar lleno de magia no por los cuadros del pintor, que Max no le permite ver aún, sino porque el pintor le cuenta maravillosas y fantásticas historias.

Un día Max se marcha a pintar a otro sitio y deja la llave de su estudio al “profesor” que por primera vez puede asomarse al mundo fantástico que Max le narraba, pero esta vez por fin, viendo el reflejo en imágenes de esos cuentos llenos de ternura, fantasía e ilusión. A través de los cuadros de Max, el chico-profesor descubre que las historias que le contaba Max están, viven, existen en sus cuadros y que además estos encierran miles y miles de nuevas historias que se van desprendiendo de ellos, poco a poco, cada día, según los contempla.

Una historia de iniciación a la vida, llena de magia y ternura, que recibió en 1998 el premio Bologna Ragazzi y el 1999 el Prix Enfantaisie suizo, en la que el texto se conjuga perfectamente con los cuadros de Max, que recuerdan a imágenes del surrealista Magritte combinadas con el aura de los cuadros de Hopper y la técnica puntillista de los impresionistas franceses, en una cuidada edición que hará las delicias de todos los amantes de las buenas historias en buenos y fantásticos libros.

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